Desde CAMYP reclamamos al Ministerio de Educación que se revean las marchas y contramarchas en las tareas administrativas que se le exigen a los equipos de supervisión, conducción y ejecución. En momentos donde la prioridad debería estar centrada en la continuidad pedagógica, en la entrega de bolsones y en el acompañamiento a toda la comunidad educativa, lo burocrático termina agotando recursos en vez de optimizarlos.
La nueva implementación de la aplicación para cargar alumnos que deben recibir su desayuno, almuerzo o refrigerio requiere chequear nuevamente un trabajo ya realizado, como así también es extenuarte el cambio constante en las planillas que se deben elevar luego de cada entrega y que deciden modificarla cada 15 días.
Es impostergable que se comprenda que la empatía y la solidaridad deben ser el camino por el que transitemos esta pandemia, y son los equipos de supervisión, conducción y ejecución quienes tienen toda la responsabilidad y el compromiso para llevarlo adelante. La innecesaria sobrecarga que se está generando en ellos no beneficia ni colabora en momentos de gran incertidumbre cómo los que estamos viviendo.