Desde CAMYP sostenemos que toda “inversión” que se quiera realizar en el ámbito educativo, primero tiene que estar apuntado a mejorar las condiciones edilicias, los salarios de las/os docentes y los recursos educativos de los 29 Institutos de Formación Docente que ya existen.
Vulnerar la vida institucional de los Institutos de Formación, es vulnerar la historia y el patrimonio educativo de la Ciudad, por eso, acompañamos la preocupación de las comunidades educativas y manifestamos que toda transformación para que sea verdaderamente significativa y real se debe realizar con la participación de todos los actores educativos.
