Desde CAMYP seguimos insistiendo que la virtualidad es una excepción necesaria para atravesar un escenario epidemiológico que se agrava con el correr de los días. Mientras el GCBA siga negando la gravedad de la situación actual y sin prever que son necesarias acciones sanitarias inmediatas, seguiremos reclamando que el pase a la virtualidad no es un mero capricho, sino que es una medida urgente para cuidar la salud y la vida de las comunidades educativas y de toda la sociedad en su conjunto.
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