Comisión Directiva de CAMYP
Secretaria General: Karina Costaguta
Secretaria Adjunta: Mariela Porras
Secretaria Gremial: Florencia Rivero
Secretario de Finanzas: Fernando Messina
Secretario de Capacitación y Cultura: Santiago Ferrero
Secretaria de Prensa y Organización: Andrea García
Secretaria de Acción Social y Previsional: Vanina Lacave
Historia de CAMYP
La Unión Argentina de Maestros y Profesores -CAMYP- es una Asociación Gremial de primer grado constituida por docentes de los distintos niveles y modalidases educativos que se desempeñan en establecimientos del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, teniendo como propósito fundamental promover solidariamente el mejoramiento ético, intelectual, cultural, económico, social y profesional de sus afiliadas/os; revalorizando el rol fundamental de la educación pública y gratuita.
El 14 de noviembre de 1959 se funda en San Nicolás la Confederación Argentina de Maestros y Profesores diplomados con el objetivo principal de defender la Ley 1420 y el Estatuto del Docente. Esta organización continúa la labor de la Confederación Nacional de Maestros, que bajo la inspiración del profesor Luciano Schilling crea en el año 1916 una agrupación gremial en el seno del magisterio. De esta manera, el 18 de diciembre de ese mismo año el diario La Nación publicaba: “Ha surgido en el seno del magisterio una nueva agrupación gremial… sus finalidades son, en resumen, el mejoramiento moral, económico y social del maestro”.
A los efectos legales, CAMYP se constituye el 16 de junio de 1983 como continuación histórica de las organizaciones que la precedieron: la Confederación Argentina de Maestros y Profesores y la Confederación Nacional de Maestros.
Distintos miembros del gremio docente participaron activamente en la redacción del Estatuto del Docente, logrando la sanción del mismo el 11 de septiembre de 1956 bajo el Decreto/Ley 16767.
En el año 1958, sobre la base del Estatuto logrado, se consigue la sanción del “Estatuto del Personal Docente del Ministerio de Educación y Justicia”, ley 14473, por un gobierno elegido democráticamente. En los diarios de las sesiones del 8 de agosto de 1958 se reconoce la acción desplegada por la Confederación de Maestros para obtener su sanción. A partir de entonces la confederación participa de campañas para elegir representantes en las Juntas de Clasificación y Disciplina. A dichas Juntas llegan a través de los años representando a la confederación docentes de la talla de Alfredo Bravo, Alfredo Conde, Ignacio Vitale, Ángel Spadaro y Enrique Solezzi.
Una actividad digna de ser destacada es la que desarrolló la Confederación de Maestros en el plano cultural en la década del 70 con su sitial de conferencias y sus cátedras de perfeccionamiento dictadas por importantes educadores y educadoras, así como figuras destacadas de la cultura.
En 1973 CAMYP fue disuelto y sus organizaciones adheridas pasaron a formar parte de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina – CTERA, hoy transformada en federación con un solo sindicato por jurisdicción. Los dos primeros Secretarios Generales de CTERA fueron dirigentes de CAMYP: Carlos Alberto Rocchi y Alfredo Pedro Bravo.
La decisión de la CTERA de organizarse como federación en 1989 significaba la fusión de entidades en cada jurisdicción, desapareciendo, en muchos casos, la identidad propia de las mismas; eliminando la diversidad de posiciones y perspectivas. Esta disposición generó que quedaran fuera de la CTERA muchas de las organizaciones de la vieja CAMYP. Ante esta situación se resolvió reorganizar a CAMYP como entidad de primer grado, bajo el nombre que mantiene en la actualidad: Unión Argentina de Maestros y Profesores, solicitando su reconocimiento como sindicato ante el Ministerio de Trabajo (Inscripción gremial N° 1491) y estableciendo su ámbito de actuación en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Paralelamente, con otras entidades que se habían alejado de la CTERA, se organiza la Confederación de Educadores Argentinos – CEA -, con importante representación en las provincias de Santiago del Estero, Corrientes, Buenos Aires, San Luis, Formosa, La Rioja, Chubut, San Luis, Tucumán, Salta y la Ciudad de Buenos Aires.
En el año 2012, por Asamblea Extraordinaria, CAMYP resuelve por unanimidad la desafiliación a la CEA.
Tiempo más tarde, en la Ciudad de Santiago del Estero, se reúnen las/os representantes de la Unión Argentina de Maestros y Profesores (CAMYP), la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB) y el Sindicato Santiagueño de Docentes (SISADOC); con el fin de propiciar la creación de una nueva entidad gremial de tercer grado, de acuerdo a la normativa establecida en el Régimen de Asociaciones Sindicales, ley 23551/88. A partir de aquí queda conformada una nueva entidad: Docentes Argentinos Confederados (DAC).
Esta nueva organización, que más tarde incorpora a la Asociación Docentes y Administrativos Riojanos (ADYAR), nucleando a docentes de Educación Pública de gestión Estatal de todos los niveles y modalidades educativas de la República Argentina, se constituye con el objetivo de crear un espacio federal, plural y participativo, en el que se pongan en valor las distintas realidades educativas de las diferentes jurisdicciones. También busca generar una fuerza gremial que defienda las condiciones salariales y de trabajo adecuadas para realizar nuestra tarea y estabilidad laboral para todas/os las/os docentes de la República Argentina.
En 2016 CAMYP cumple 100 años sosteniendo y defendiendo el valor de la Educación Pública y trabajando por la consolidación de los derechos fundamentales de las/os trabajadoras/es de la educación.
En el año 2018, el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social otorga a CAMYP la Personería Gremial N° 1921, para agrupar a todas/os las/os trabajadoras/es docentes del nivel inicial que se desempeñan bajo relación de dependencia en establecimientos educativos dependientes del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En estos últimos años, desde nuestra organización hemos venido manifestando nuestro rechazo a los cambios inconsultos realizados en el estatuto docente que vulneran derechos adquiridos y modifican de manera negativa las condiciones laborales de las/os docentes.
Asumimos permanentemente una profunda defensa de la educación a la que concebimos como un derecho humano, como un bien público y social, que requiere de la acción indelegable del Estado como intervención fundamental para sostener la construcción de una sociedad más justa.
Asimismo, en los últimos tiempos, CAMYP estuvo a cargo de la organización de congresos, cursos, jornadas, encuentros pedagógicos y talleres, que buscan brindar espacios de capacitación que permitan reflexionar y poner en pregunta nuestras prácticas pedagógicas. En este marco, en el año 2019 se crea el Instituto de Formación Técnica Superior N° 30, que ofrece una formación que promueve la construcción de saberes necesarios para los desafíos que presenta hoy la tarea educativa.
Al mismo tiempo, venimos luchando de manera sostenida para garantizar políticas educativas con perspectiva de género, ancladas en la Educación Sexual Integral. Entendemos que la ESI es una herramienta fundamental para el cumplimiento efectivo de la igualdad de derechos y por ello, promovemos que la misma llegue a todas/os las/os niñas, niños y adolescentes, con el horizonte claro de una educación más libre, democrática e inclusiva.
Sabemos que la escuela pública es un espacio privilegiado para transformar y transformarnos, por esa razón sostenemos que es fundamental impulsar y acompañar aquellas políticas y prácticas de promoción de derechos que habiliten los cambios necesarios para que vivamos en una sociedad más justa, enmarcada en los Derechos Humanos.
Actualmente, en tiempos de lógicas mercantilistas y políticas de vaciamiento que pretenden que el sistema educativo sea funcional al ajuste económico y la racionalización del gasto, sostenemos con firmeza la lucha por más educación para todas/os; por una escuela que siga siendo pública, gratuita, constructora de ciudadanías, que trabaje por el bien común y por la justicia social.