NO al retorno presencial de clases

En una constante demanda a nivel mediático por el retorno a la presencialidad, pareciera perderse de vista el cuidado de la salud que debería ser el eje central ¿Qué cambió en menos de un mes a nivel epidemiológico?.
Las escuelas y las dinámicas escolares no entienden de protocolos de distanciamiento. Asegurar el acercamiento de la propuesta virtual a cada niña/o dependió de un esfuerzo y un compromiso enorme de la docencia que permitió mantener en pie el ciclo lectivo.
La falta de recursos de las/os alumnas/os en estos seis meses fue y es responsabilidad indelegable del Estado, asegurar la conectividad y el equipamiento es un reclamo que precede la pandemia. De eso, los medios no hablan.
No volver a las aulas no es un capricho, es la inmensa necesidad de no poner en riesgo a comunidades enteras.
Volver a la presencialidad implica la demanda del uso del transporte público, implica recursos y espacios con los que las escuelas no cuentan.
No tiene fundamento pedagógico real la propuesta porque el trabajo pedagógico está en miles de hogares reconfigurándose con un gran compromiso.
Desde CAMYP sostenemos nuestro posicionamiento tal como lo venimos manifestando hace meses: no están dadas las condiciones epidemiológicas para retornar a la presencialidad, la realidad áulica no entiende de otros intereses que defender la educación, y hoy ese desafío exige cuidar la salud de la comunidad educativa en su totalidad.