En el mes de las infancias, las políticas del abandono y del desinterés vuelven a hacerse evidentes.
La muerte de una niña de once años y el comunicado de las/os docentes de su escuela relatando los hechos, nos llenan de dolor ante la burocracia y la falta de acción de los organismos dependientes del Estado que no logran revertir los altos procesos de exclusión social.
La desigualdad y la injusticia social se vuelven a poner sobre la mesa frente a condiciones de vida que dificultan el tránsito por las instituciones educativas, y que en ocasiones como la de esta niña de la escuela 11 del DE 5 terminaron de la manera más trágica.
Los altos índices de pobreza, el hambre, la desnutrición, la falta de acceso a la salud conspiran contra los derechos más primordiales de nuestras niñas y niños.
Ante la desidia y la pérdida irremediable, exigimos de manera urgente una mirada integral que lleve adelante políticas públicas que protejan los derechos de niñas, niños y adolescentes garantizando la inclusión y la vida.
